¿DÓNDE TERMINAS TÚ Y COMIENZO YO?

12 de febrero de 2013 0 comentarios
Lectura recomendada. Este fragmento del Libro "Donde terminas tú empiezo yo" de Anne Katherine
Le ayudará a conocer y establecer límites sanos entre usted y las demás personas. Y a vivir su propia experiencia de vida y no las experiencias de los demás.


Los límites demasiado permeables conducen a un apego excesivo.  En este caso las personas involucradas mantienen una relación simbiótica y no se sabe muy bien dónde termina uno y comienza el otro.  Si una madre no permite que su hija se desarrolle como individuo, sentirá que todas las experiencias de la hija le suceden a ella.

Sue consideraba a su madre como su mejor amiga.
Ninguna de las madres de sus amigas adolescentes estaban tan cerca de sus hijas como la suya.  Sue y su madre compartían la ropa y escuchaban la misma música.  La madre de Sue aprendía todos los bailes que Sue le enseñaba y la acompañaba a todos lados.  Un día una amiga de Sue le cortó el pelo.  La madre se enfadó muchísimo. "¿Cómo te atreves a salir con ese aspecto? ¿Qué pensará la gente de mi?". exclamó la madre.

Cuando la identidad de uno de los padres se funde en la del hijo, ambos pierden.  El niño tiene dificultades para desarrollarse como persona.  El padre huye de las tareas que corresponden a su edad real.

Los padres que nunca han tenido infancia, que se han visto obligados a intentar sobrevivir, son especialmente vulnerables.  Desearían  volver atrás y disfrutar de lo que han perdido cuando eran niños.  Desgraciadamente, una infancia que no se ha vivido en su momento no se puede vivir a través de  otro. Si usted ha perdido algo cuando era niño, debe trabajar con su propia vida y no con la de otra persona.

Un niño que crece confundiéndose con su padre seguramente se confundirá con su pareja.  Por ejemplo, una esposa asumirá las actitudes, intereses y objetivos del marido como si fueran propios.  Ella no tiene una perspectiva propia sino que se adueña de la de él.

Algunos signos que revelan esta situación son, por ejemplo: responder por la otra persona, hablar en su lugar o tener una determinada actitud ante un acontecimiento semejante a la de su compañero.  Parecería como si uno de ellos estuviera impregnado de la mente y el cuerpo del otro.


Del Libro:  "Donde terminas tú empiezo yo" 
Autor:          Anne Katherine



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